Cuando pensamos en acné, inevitablemente recordamos aquel niño que iba con nosotros al colegio y tenía la cara cubierta de granos, así que solemos encasillar el acné en la adolescencia y nos cuesta entender por qué de mayores seguimos teniendo granos.
Debemos saber que se trata de un trastorno de nuestra piel que puede ocurrir a cualquier edad, se produce cuando los folículos pilosos se taponan con células muertas y grasa, no depende de la la edad que tengamos, se trata de un problema muy frecuente y a veces muy persistente. La mayoría de las personas en algún momento de su vida se ha enfrentado a los molestos granitos, espinillas, o a los antiestéticos brillos.
Las imperfecciones suelen localizarse en la parte inferior del rostro (el mentón, el cuello, los maxilares inferiores) y se caracterizan por lesiones inflamatorias crónicas y recurrentes.
Para solucionar estos problemas de la piel, es necesario recurrir a buscar tratamientos adaptados.
LIMPIEZA FACIAL
El primer paso para una correcta higiene es una limpieza facial diaria. Es imprescindible una limpieza facial profunda en nuestro rostro para eliminar los restos de grasa que nuestra piel produce de manera natural o por cualquier otro factor o agente externo como puede ser el sol, la alimentación o el uso inadecuado de maquillajes. De esta manera conseguiremos optimizar los resultados de los tratamientos que nos apliquemos después.
Se aconseja lavar las zonas afectadas con agua tibia, dos veces al día (mañana y noche) utilizando un jabón suave y productos de limpieza específicos como limpiadores sin jabón, libres de detergentes para no resecar la piel y evitar el aumento de producción de grasa. Esta limpieza e higiene en el rostro te ayudará a prevenir el acné además de combatirlo.
La marca Weleda dispone de una Línea de Limpieza Facial profunda ideada para satisfacer las necesidades de los distintos tipos de piel y edades, esta línea deja la piel limpia eliminando la suciedad y el maquillaje de manera suave y profunda sin dejarla reseca y dejándola preparada para los tratamientos posteriores. Además tienen un suave aroma fresco y natural que te encantará y lo mejor de todo es que van ideales con todas las líneas faciales de Weleda: Iris, Rosa Mosqueta y Granada.
Puedes mejorar el efecto aplicar un tónico facial astringente que ayude a cerrar los poros después de cada limpieza.
COMPLEMENTA CON EXFOLIACIÓN Y MASCARILLA
Aunque la propia piel tiene un proceso natural de exfoliación, en ocasiones este proceso no funciona tan bien como debería, y la grasa, bacterias e impurezas se quedan atrapadas dentro de los poros. Se recomienda incluir un exfoliante en nuestra rutina, 2 o 3 veces a la semana, para completar la limpieza y conseguir una piel saludable.
Complementalo con una máscarilla purificante al menos una vez por semana, para eliminar los puntos negros de la nariz, la frente y la barbilla.
USAR PRODUCTOS ESPECÍFICOS PARA EL ACNÉ
Una vez tenemos la piel limpia, ya estamos preparados para tratar el acné en profundidad.
Los productos con ácido salicílico son recomendables para pieles propensas al acné, ya que actúan como un exfoliante para ayudar a eliminar células muertas que pueden obstruir los poros.
También podemos encontrar este ingrediente en diferentes tipos de productos más específicos como jabones, aguas micelares, serums o cremas para combatir directamente los granitos y para prevenir la aparición de otros nuevos.
HIDRATA LA PIEL
Es común pensar que una piel grasa necesita menos hidratación y esto es un error, no tenemos que dejar de hidratar nuestra piel, pero si tenemos que asegurarnos de elegir una crema libre de aceites Si no sabes cuál elegir, al final de este post te recomendamos algunas de la línea La Roche Posay.